No todo es trabajo ni política y menos problemas. Todos necesitamos un momento de esparcimiento sin caer en excesos, por cierto.
El tema es dónde pasamos esos momentos. Hay para todos los gustos y bolsillos pero siempre habrá nuestro lugar preferido, dónde nos sentimos mejor y parte de ese lugar por diversas razones, no todas objetivas.
Recuerdo mucho El Directorio donde conocí gente como Gerardo Doi con quien mantengo una buena amistad hasta el día de hoy a pesar que este bar cerró sus puertas hace cinco años. El Directorio era un bar con música ecléctica, buen ambiente y seguro. Puntos importantes.
Sin embargo sus anfitriones, Gerardo y su cuñado Pedro no eran precisamente los anfitriones ideales. Para eso estaban César, Fernando y también un Clon de Arnie Hussid. Ellos ponían la cuota de “patería” que a los limeños nos gusta.
Ningún bar ocupó el lugar de El Directorio tras su cierre, sin embargo hay varios bares con una personalidad propia que han sabido ganarse un espacio como unos de los mejores de Lima. Me refiero al Garito Bistro y el Bar del Hotel B en Barranco, los miraflorinos Pitahaya, El Infusionista, Shadow Parrot y Ginebra y el Bitter Cocktail Club en San Isidro con su estilo de “speak easy”.
Ese espíritu tiene que unirse a la presencia de un anfitrión que debe estar en todas
Otro de los requisitos para que un bar "pegue" es estar ubicado en un lugar tradicional o en un local con clase. Y por supuesto una muy buena atención de su personal lo que los pone varios pasos delante de algunos tradicionales con muchas décadas de existencia, que han descuidado mucho la parte del servicio.
Un bar de calidad tiene que tener tapas y piqueos muy buenos por cierto. En Lima no hay la costumbre de moverse tanto de bar en bar por lo que cautivar (“enamorar”) al cliente es básico para el éxito que significa que se quede en él, con todo lo que ello significa.
La relación óptima calidad/precio y el buen servicio unidos a una oferta de música de calidad, un ambiente grato y seguro es el plus. Hay otros bares de igual calidad pero que no tienen este plus, un sentir, que estoy seguro tienen todos aquellos de los citados. Si uno va a ellos sea por primera vez o ya como “caseritos” sentirá esa sensación.
El mundo de la diversión nocturna tiene una característica adicional. Prima mucho que tan de moda esté tal o cual bar pero aquí en Perú y Lima en especial prima también “lo clásico” pero que se actualiza permanentemente. En esa categoría están los bares mencionados, en permanente búsqueda de buenos proveedores y en nuevas alternativas.
Ya lo sabe, sí quiere pasarla bien, vaya a uno de los bares citados a compartir piqueos muy buenos y tragos de excelente calidad y encontrará gente como usted amigo lector, no tanto en aspectos superficiales sino en la forma de divertirse. Con mesura, en forma segura y con calidad.
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