Incluso para aquellos que seguimos el acontecer político no nos dejó de sorprender el golpe del 30 de setiembre de hace un año. Algunos desde el Congreso hablaban que "no tendrían el coraje para darlo"; otros, cercanos a las Fuerzas Armadas aseguraban que el respaldo era un hecho (no se equivocaron) y quienes debían defender el Orden Constitucional se hacieron de la vista gorda.
Hay una verdad contundente. No peleemos una batalla que no estemos en condiciones de enfrentar, en los hechos y en sus consecuencias; aunque hay circunstancias que no queda otra. O corres como un conejo o te alzas ante el infortunio y das batalla por tu honor, concepto que no muchos saben su real significado.
El 30/9 no fue producto de una casualidad o de una decison tomada a la ligera. Nada de los que pasa es atribuido solamente a factores externo o a otros; nosotros mismos somos responsables de nuestro destino.
No creo equivocarme cuando sostengo que la ruptura del Orden Constitucional fue producto del miedo a que las investigaciones del caso Lava Jato llevaran a la cárcel a los culpables del más grande robo que se ha cometido en nuestra Patria. Sino, hagamos esta pregunta, ¿quiénes están purgando cárcel por sus delitos?
Los inicios de esos miedos se empiezan a dar el último año del gobierno de la Usurpación. Era necesario que hubiera alguien que cubriera las espaldas de aquellos que habían saqueado el Perú y se eligió Primer Ministro a alguien cercano al padrino de la corrupción. Cateriano fue el encargado de llevar a cabo unas elecciones signadas por una serie de irreguladores que la candidata Keiko Fujimori no tuvo ni el olfato ni el coraje para prevenirlas. Si bien es cierto que tras la derrota del 2011 se dedicó a recorrer el Perú, no tuvo la pericia para organizar la defensa del voto en las urnas y menos defenderse de los ataques mediáticos que ya habían destruído a Alan García.
Keiko sola pudo triunfar. Sus candidatos, en su gran mayoría, al Congreso no aportaron un plus. La locomotora era ella y por tanto no necesitaba de gente sin mérito alguno y llena de cuestionamientos, por decir lo menos. No eran necesarios mediáticos ni gritones. Se prescindió de los leales y no se recurrió a gente preparada y capaz aunque se supiera que no eran "atractivos electoralmente".
El resultado ya lo sabemos. Se perdió la Presidencia pero se ganó una mayoría congresal inédita. 73 congresistas de los cuales pocos dieron la talla. Vergara y Cótler lo sabían. Gente con muchos flancos desguarnecidos, tarde o temprano caerían por los ataques de una prensa mermelera o por sus propios miedos y conveniencias. Así lo comprobamos con Kenji y sus "avengers" y luego con una serie de impresentables que no dudaron en traicionar el voto de un pueblo que confió en ellos.
No se buscó a los mejores sino a los amigos. En otros casos, algunos no dieron la talla por deficiencias formales y de fondo (no articular un mensaje o discurso claro) y otros a pesar de ser personas preparadas, más contaban para ellos sus intereses o de quienes los habían puesto en la curul. ¿Alguna vez los evaluadores y asesores de Keiko Fujimori han rendido cuentas de sus errrores y despropósitos?
La impericia hizo también que no hubiera una defensa adecuada frente a acusaciones sin base alguna. El Congreso no fue obstruccionista. Las estadísticas lo confirman. Lo que sí hubo fue una tarea fiscalizadora sin estrategia alguna y menos de defensa frente a la campaña de descrédito de la prensa con el apoyo de las "encuestas". Los pedidos de delegación de facultades para legislar fueron atendidos próntamente (y sin resultados positivos) y al gabinete Zavala no se le dió la Confianza pero simplemente fue un sainete pues la gran mayoría de ministros fueron ratificados. Cabe decir que los ministros censurados Saavedra (Educación) en el 2016 y Thorne (Economía) en el 2017 lo fueron por serias observaciones a sus gestiones (compra de computadoras en el caso de Saavedra y su participación en el affaire Chinchero en el caso de Thorne). En el caso de Martens (Educación) se presentó un pedido de censura que no se votó pues tuvo que irese con la denegación de confianza del Gabinete Zavala. Evidentemente la gestión de Martens, y en general la de todos los ministros de Educación, fue un desastre y su "trabajo" se centró en impulsar la ideología de género en su sector, con lo que se envenena a niños y jóvenes.
El control político y fiscalización de algunos congresistas puso nerviosos a muchos corruptos quienes se valieron de todo lo que estuvo a su alcance para desprestigiar a quienes los señalaban. Sin embargo en esa acción fiscalizadora se pecó de ingenuidad y se cometieron graves errores.
En cuanto a graves deficiencias en la mayoría congresal hay algo que consideramos un craso error, éste fue mantener en su mandatos vencidos a los miembros del Tribunal Constitucional que meses más tarde fallarían en contra del control de la mermelada y del .transfuguismo, claves en la campaña golpista. Inexplicable incapacidad para renovar los mandatos
La gran piedra en el zapato del gobierno "de lujo" fue la Comisión Congresal que investigaba el Caso Lava Jato; es por ello que la puntería cayó sobre su Presidenta, la valiente Rosa Barta y sobre el sagaz inquisidor Mauricio Mulder y se acuñó el sambenito de "fujiaprista" a todos los que queríamos justicia y verdad. Otra movida muy bien "pensada" fue el fallido indulto al Presidente Fujimori entre gallos y media noche de diciembre de 2017 con la intervención del entonces congresista Kenji Fujimori y sus seguidores. Con ello terminaron de romper Fuerza Popular sabiendo que esa decisón no era sostenible en el tiempo pues había nacido de "toma y daca" que luego sería la cereza del pastel que significó la renuncia de PPK.
Los memoriosos aciertan cuando indican que fue el propio PPK quien cavó su tumba al enfrentarse, sabe Dios por qué; a Odebrecht. Salieron sus cuentas y otras cuitas y así empezó su calvario. Primero hubo un fallido intento de vacancia y luego al salir a la luz los llamados Mamanivideos, no le quedó sino renunciar pensando que con ello podría evitar que se siguiera comprometiendo su situación legal. Hoy PPK descansa en su casa , impedido de salir pero tranquilito.
Es en ese entonces que Vitocho García Belaúnde propuso adelantar las elecciones, el tiempo le dría la razón pues estuvo en lo correcto.Sin embargo la conspiración ya seguía su camino. Hoy nos enteramos cómo el corrupto César Villanueva (APP) fue el operador del ascenso del accesitario en su condición de Primer Vicepresidente. Para ello se pintó el fujimorismo (reuniones de por medio entre Keiko y Vizcarra). Nada sobre la mesa sino en la oscuridad del cubileteo. ¿Quién fue el Estado Mayor que acompañó a Keiko en esas negociaciones? Por los resultados, tan inexpertos e incapaces como la propia Keiko. Poco tiempo después se darían cuenta que habían sido traicionados y que la agenda no era la que ellos pensaban sino una roja como el color de la sangre de los miles de muertos causados por el terrorismo.
Tras ello, desde el Congreso una mayoría sin brújula veía como se iba quedando sin miembros. Las bajas eran frecuentes y los "leales" al fujimorismo se convirtieron en tales pero del vizcarrismo. La prensa seguía haciendo su tarea (muy bien gratificda por cierto) y los congresistas hacían "su parte". Escándalos, denuncias de gente que no tenía los títulos que decía tener y la impericia era pan de cada día. Tras una serie de "destapes" originados por filtraciones a la "prensa", el 28 de julio del 2018 Vizcarra propone una reforma política y judicial convocando a un Referendum, que se llevó a cabo el 9 de diciembre del 2018 y que favoreció ampliamente a los designios palaciegos. Luego del 28 de julio vendría los apretones para "discutir una reforma política y judicial", tras el sainete de "los cuellos blancos" y el ataque contra el Fiscal Chávarry. El Congreso aflojó y se dejó coaccionar. Se aprobó una "reforma Frankenstein" la que fue convalidada mayoritaríamente por un pueblo embrutecido y envenenado por el odio". La gente se compró la no reelección de congresistas y la no bicameralidad para evitar que los enemigos del gobierno pudieran ser Senadores.
El fujimorismo tuvo su gran parte de culpa de las derrotas de la Democracia. Una muestra más fue la eleeción del felón Daniel Salaverry como Presidente del Congreso, "gracias" a la confianza de Fuerza Popular. Desde ese cargo sirvió a los intereses del golpismo. No hubo valentía para enfrentar un írrito "voto de confianza" y menos para revertir la desgastada imagen. Entre tanto Keiko Fujimori era blanco de denuncias y incluso de carcelería "preventiva". Mientras tanto cada quien veía sus "leyes" como Miguel Torres, una vinculada a los casinos. El entonces Presidente del Congreso Salaverry a pesar de los cuestionamientos en su contra se mantuvo firme en el cargo mientras Fuerza Popular era incapaz de censurarlo. Ni un mínimo de deseos de supervivencia.
Las movidas previas al "jaque mate" fue primero el proyecto de Vizcarra para que "todos se fueran" como resultado de elecciones adelantadas (Mensaje de Fiestas Patrias del 2019). Ya sabemos hoy que ese "se van todos" era realmente, "se van mis enemigos y yo me quedo". Ello fue respuesta a la elección como Presidente del Congreso de Pedro Olaechea, ex oficialista al que le faltó valor y gente que lo apoyara de verdad.
Tras el Referendum siguió la presión contra el Congreso. El punto final vino con la decisión de renovar el Tribunal Constitucional. Ya se había llegado a un consenso y el terror se apoderó de Palacio de Gobierno y apuró ell golpe. Para ello se "pidió el voto de confianza" al Gabinete y se interpretó que se había producido una denegación "fáctica". Aquel 30 de setiembre el Congreso fue escenario de un sainete. El caviar Del Solar se prestó para ese triste papel y antes del anochecer, el Accesitario anunció el cierre del Congreso.
El Congreso respondió tímidamente. Ya todo estaba echado. Se suspendió en sus funciones a Vizcarra y una temerosa Mercedes Araoz tomó juramento como Presidenta. Faltaron agallas y sobraron muchas cosas. Esa misma noche Vizcarra mandaría un mensaje rodeado del Alto Mando de las FFAA y la Polícía. Los herederos de Bolognesí, Grau, Quiñonez y Ponce le habían dado la espalda a la Democracia. Horas después Araoz quitaba cuerpo.
En los días posteriores hubo tímidas manifestaciones de rechazo al golpe en una de las cuales estaba el hoy neovizcarrista Jaime de Althaus. Con esa "firmeza" y esa clase de opositores la suerte estaba echada. No solo la Fuerza Armada tuvo un papel vergonzoso sino el propio Tribunal Constitucional que convalidaría luego el golpe al igual que el inútil Defensor del Pueblo, el empresariado mercantilista, la jerarquía de la Iglesia Católica capturada por el comunismo y hay que decirlo por una mayoria ciudadana que luego eligiría a este desastroso Congreso en enero del 2020.
En este artículo hemos visto la actuación de la bancada de Fuerza Popular por haber sido la mayoritaria pero no debemos dejar de decir el papel de otras bancadas incluída la ppkausista. Ya hemos visto dónde terminaron los sectores caviar y los ayayeros cómplices del golpe y obsecuentes del poder, primero con PPK y luego con el golpismo. Cabe decir también que todos pusieron su cuota de verguenza, sea por los implicados en cuestiones turbias que terminaron desaforados (incluídos los de APP), los petardistas comunistas que se partieron en Frente Amplio y Nuevo Perú (¿cuándo no?), la labor de zapa del acciopopulista Lescano sobre quién pesa aún una acusación penal por acoso sexual (¿en qué tortuga estarán llevando ese expediente) y el siempre "firme" Vitocho. El APRA salvo Mulder no aportó mucho y los otros cuatro terminaron embarrados con acusaciones diversas que hasta ahora han quedado en ello.
Como se ve el Congreso y sus miembros hicieron su "parte" para que "la prensa" junto con el golpismo hicieran fácil "su tarea". La traición, el transfuguismo y la incapacidad así como lo delictuoso fue lo que caracterizó el Congreso que "posibilitó" el golpe, claro está con sus pocas excepciones. Como anécdota, varios vistieron más de una camiseta, incluso hasta 3 en el periodo 2016-2019. Realmente una verdadera verguenza.
El 30 de setiembre fue reflejo de la podredumbre que se ha instaurado en el Perú. Nada hizo cambiar nuestro destino. Lo peor de muchos salió a flote. Congresistas como el Almirante Tubino fueron agrediddos vilmente por una turba promovida por los odiadores en tanto la prensa basura festejaba y echaba más hiel y estiércol al cadáver de la Democracia que yacía en el suelo con las evidentes señales de descomposición. Qué decir del "fruto" del golpe del 30/9, vale decir este Congreso. Tan lamentable o peor que el anterior y más aún con menos que destacar. Si contamos con los dedos de las manos, nos sobrarían dedos.
Algunos hoy quieren echar la culpa del golpe a un sector de "halcones" que impusieron su agenda frente a "las palomas" Del Solar y Galarreta. Nada de eso. La maquinaria golpista estaba echada a andar desde el mismo día que el Accesitario pisó Palacio de Gobierno. Que nos cuenten otra historia los Vivas y los que aplaudieron y vivaron el golpe.
Las consecuencias del golpe las pagamos hoy. Miles de millones malgastados, corrupción que brota como decía González Prada, incapacidad para gobernar. Más de 80 mil muertos y millones de desempleados.
