La amenaza de un Fenómeno del Niño en la costa peruana pone en el tapete la incapacidad de cierta burocracia, la falta de planificación y la ausencia de empatía con los que la pasan mal en estos meses.
Han pasado 6 años de una llamada "reconstrucción con cambios" y poco o nada se ha hecho. Todos los funcionarios que han tenido cargos de responsabilidad en esa institución nunca más deberían ocupar un cargo público. ¿Será? No creo. La gran mayoría deben haberse "reinventado" y deben seguir "trabajando" en el Estado.
Recursos han habido pero hoy los habitantes del norte peruano vuelto a sufrir los embates de la naturaleza. Lo poco que se hizo, se ha hecho mal. Cero prevención.
Pero cómo si no fuera poco, qué decir de las obras que se hicieron con ocasión de esa monumental inversión para los Juegos Panamericanos Lima2019 entre las que están incluidas las torres de departamentos de la Villa Panamericana. ¿Ya se vendieron? ¿Las instalaciones que se construyeron están operativas? ¿Cuánto se pudo hacer con los recursos empleados en aquellos juegos? ¿Se habrá hecho un cálculo expost de la rentabilidad de ello?
Para muchos burócratas les importa poco la premura de las necesidades de aquellos peruanos que reclaman agua y saneamiento, casas mejoradas o un camino vecinal. Sería bueno que fueran a vivir a esas comunidades alejadas y olvidadas mientras hacen "el expediente técnico". Seguro que lo harían "volando".
Tras la gran reingenería en el Estado en los 90s, muchos pensamos que el chip del funcionario público habría cambiado, mas no fue así.
La corrupción enraizada, la falta de compromiso, el no entender qué es ser funcionario público ni tampoco que implica SERVIR a la ciudadanía prima hoy en el Estado. Es momento de grabar en las mentes de estos peruanos las palabras EFICIENCIA, HONESTIDAD Y AUSTERIDAD. Solo así tendremos burócratas en el real sentido de la palabra y no "burrócratas".
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