Hace seis años el entonces Presidente (luego renunciante) PPK autorizó dar facilidades a miles de venezolanos que huían de la miseria del chavismo para que ingresaran a nuestro país y obtuvieran un permiso temporal de estadía.
Hoy son aproximadamente 1.6 millones de venezolanos en el Perú, 80 % de los cuales viven en Lima. PPK hijo de inmigrantes, como miles de peruanos, quizás vió en ese espejo su pasado y tomó una decisión errada sin calcular todas las externalidades que suponían un flujo interminable de personas sin un control previo. Las consecuencias las sufrimos hoy en día con la presencia -minoritaria es cierto- de gente que vive al margen de la ley. La presencia de éstos han agravado la problemática de inseguridad que vivimos en los últimos años.
El Perú es un país crisol donde han confluído decenas de nacionalidades que han forjado nuestro Perú no solo desde el Virreinato sino sobre todo con el inicio de la República. Dos de nuestros más grandes Héroes (Grau y Bolognesí) fueron descendientes de inmigrantes. Miles de otros tantos ilustres inmigrantes y sus descendientes han aportado un gran legado.
Pero así como el Perú ha recibido inmigrantes, de nuestra tierra han partido aproximadamente más de 3 millones de peruanos, gran parte de ellos lograron cumplir su sueño de mejoría económica -basicamente-, pero hubo también gente marginal que causó muchos problemas en diferentes países (España, Argentina, Chile, los falsos nikkeis en Japón y en otros países.
Por lo dicho anteriormente es inconcebible que se alcen voces xenófobas que estigmaticen a todos sin hacer distingos. Lo he hecho, hecho está. Hoy queda hacer control.de daños originados por una política migratoria laxa.
La gravedad de lo sufrimos por el actuar de organizaciones criminales dedicadas a la extorsión, sicariato, trata de personas, asaltos con armas de fuego y otros) exige mano férrea para combatirlos (Policía Nacional del Perú y Sistema de Justicia).
Al delito se le combate sin distingos. Será momento de empadronar a todo venezolano que vive en nuestro país y quien no lo sea, automáticamente se pone al margen de la ley.
No es posible que a pesar de lo que sucede en nuestro país, autoridades migratorias hayan permitido el ingreso de más de cinco mil personas por la frontera con Chile, quienes han sido expulsados de ese país (y no por ser unos "angelitos"). Ni esos inmigrantes tienen el derecho de exigir ingresar a nuestro país, ni menos nosotros tenemos el deber de acogerlos; menos aún si la mayoría es gente de mal vivir.
Basta ya de posiciones ingenuas que sostienen que "estamos obligados a ser solidarios". Nuestros problemas se han acrecentado desde la estupidez de PPK de haber permitido un flujo de migrantes sin prioridades y menos controles de ningún tipo.
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