A lo largo de mi vida he sido testigo de diversas campañas electorales exitosas, las mismas que llevaron al Sillón de Pizarro a buenos candidatos y en pocos casos a buenos gestores.
La primera campaña que recuerdo fue la de 1978 que eligió a 100 constituyentes para la Asamblea Constituyente 1978-1979. La férrea disciplina eligió como el más votado al gran Víctor Raúl Haya de la Torre (C1); un justo reconocimiento a la trayectoria de este gran peruano.
Luego vino la de 1980. El generoso pueblo peruano volvió a ser engatusado por el quijotesco lenguaje de Belaúnde ("un millón de empleos"). El fracaso de su gestión explotó en 1983 y terminó en una crisis galopante. La victoria de Belaúnde se explica también por los errores del candidato del APRA , cuyos mensajes fueron distorsionados y usados en su contra por los rivales y enemigos políticos.
En 1985 en medio del desastre belaundista emerge un joven de 36 años, Alan Gacía, quien vendió esperanza y una apertura inusual. "Los independientes con Alan" fue el lema que aglutinó a millones de peruanos. Aún "el sur rojo" votó por el llamado Mozallón haciendo suya la promesa del Trapecio Andino.
García derrota contundentemente al candidato comunista Alfonso Barrantes y al Tucán Bedoya, quien pagó con creces su alianza con Acción Popular. Tanto fue así que no se llegó a realizar la segunda vuelta.
La esperanza se diluyó y la crisis llegó a extremos inimaginables.
En 1990 un desconocido rector, Alberto Fujimori, recorrió el Perú en un tractor ofreciendo "Honradez, Tecnología y Trabajo". Pocos se percataron el ascenso de quien logró llegar a una segunda vuelta, en la que derrotó a la maquinaria millonaria que apoyaba al novelista Mario Vargas Llosa.
No olvidemos las campañas para elegir el CCD y el Referendum para validar la Constitución de 1993.
La campaña de 1995 fue aplastante. Fujimori derrotaría a otro famoso, Javier Pérez de Cuéllar. Lamentablemente hubo una serie de hechos que harían cuestionada la campaña del 2000. Pese a ello volvió a ganar "el Chino" pero 2 meses después de asumir en julio, su gobierno colapsó tras denuncias de corrupción. El candidato perdedor del 2000 -Alejandro Toledo- se convertiría en ganador en el 2001 derrotando a Alan García que resucitaba políticamente tras un exilio.
Toledo se convertiría en el inicio de la vigencia de "la República Caviar" cuya influencia empieza a extinguirse.
En el 2006 la campaña se convirtió en el regreso exitoso de Alan García derrotando al radical Ollanta Humala. Fue la derrota electoral del comunismo y caviaraje.
En el 2011 fue el inicio de un periodo signado por manipulaciones, el inicio de "la narrativa odiadora" y la influencia de un sector de la prensa al servicio de la corrupción y del antifujimorismo.
La candidata de Fuerza Popular fue derrotada por un edulcorado Humala ("Hoja de Ruta") en el 2011; por el lobbista PPK en el 2016 y finalmente por el ladrón comunista Castillo en el 2021. No debemos dejar de mencionar la elección del Congreso en enero del 2020 que terminó vacando a Vizcarra.
Fueron campañas donde primaron "los anti" cuyas consecuencias las terminamos pagando hasta hoy.
Hoy no sabemos aún cuándo seran las próximas elecciones. ¿Serán el 2024 o el 2026? Los peruanos descreídos ya no apuestan por quimeras pero no votan mejor. La inseguridad y la falta de empleo serán dos principales problemáticas a ser solucionadas. El tema será ¿cómo?. ¿Cuál será el camino a recorrer y quién liderará el nuevo gobierno?
La tecnología y los cambios sociales han hecho que las campañas electorales ya no sean las de antes; pero lo que no ha cambiado es la necesidad de un líder honesto, eficiente, con experiencia y con un equipo de trabajo.
No más "sanos y sagrados", "gobiernos de lujo" o ""gobiernos del pueblo".
Despierta pueblo peruano. No más comunistas incapaces, corruptos e ignorantes; menos caviares presupuestívoros. Es hora de un Frente Democrático que reconstruya el Perú.
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