Nuestras fallas son de nuestra entera responsabilidad. Es cierto que hay circunstancias que condicionan nuestras vidas más ellas no son justificación plena de nuestros actos.
En circunstancias difíciles hay gente que nos tiende e una mano amiga, otros simplemente miran indiferentes. No tienen por qué hacer algo más. De ello no debemos ni condolernos ni molestarnos.
La vida siempre nos pone pruebas, las que debemos afrontar con Fe y resilencia. No hay otra receta mágica.
Mi madre siempre decía que Dios aprieta pero no ahorca. Las dificultades siempre son motivo para sacar lo mejor de uno y salir adelante.
De esto hemos estado hablando los últimos días con mi gran amigo Kike, con quien compartimos charlando o viendo el fútbol con unos aloe y sus piqueos.
Adelante mi hermano. Aún el de negro no ha pitado el final del partido y el 0-3 podemos al menos igualarlo, como el Liverpool en 1995 y ganarlo en la tanda de los penales.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario