La gente de mi generación reclamaba estabilidad laboral absoluta; a los milenials no les interesa el tema.
¿Qué ha pasado en el mundo? Pues cambios dramáticos. Hoy los jóvenes no quieren permanecer en un puesto de trabajo por mucho tiempo, son "infieles" por naturaleza.
Muchos prefieren ser jefes de sí mismos o emprendedores, vale decir ser empresarios.
En buena hora que sea así; pero no todos tiene ese espíritu y ello preocupa pues la economía en estos últimos años no ha crecido lo suficiente para absorver la mano de obra que forman las universidades, institutos tecnológicos e incluso las escuelas secundarias. La pregunta al respecto es si el sistema educativo está formando a los futuros trabajadores que demanda la empresa moderna.
Amén de ello es prioritario que no sólo se genere empleo sino que sea de calidad, más nada asegura que sea así si la economía no crece ni hay inversión.
El tema ya no es hablar de rigideces a la hora de opinar cómo generar empleo sino de la contribución de los trabajadores para lograr generar riqueza y con ella mejoras condiciones, entre ellas salariales.
Finalmente, pese a que el Estado ya dejó ser el gran empleador aún da empleo a mucha gente, más de lo que debiera creando enormes presiones al Presupuesto Público. Más aún pese a los esfuerzos por captar mejores cuadros, el Estado aún no puede lograrlo. Un ejemplo de ello es el Poder Judicial y los gobiernos regionales y locales.
Ya es hora de una verdadera Reforma del Estado que permita racionalizar el uso de los recursos humanos y que el Estado no sólo sea eficiente sino al servicio de la ciudadanía. El Perú no necesita una oficina del Presidente del Consejo de Ministros y 18 ministerios,, varias decenas de viceministerios y cientos de funcionarios públicos que no funcionan. El camino de cambiar el nombre a un ministerio no implica que cambien las prioridades y sea más eficiente.
Finalmente, debemos decir que no debemos volver a los años de la dictadura de los sindicatos politizados ni menos a los "eternos" empleados atornillados en su puesto pero tampoco es aceptable condiciones de jornadas de trabajo eternas ampliadas por la obligatoriedad de estar atentos a los grupos de chat creados para responder a toda hora a nuestro jefe de turno o al dueño de la empresa en donde trabajamos.
Foto: pasaporteknowmad.com
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