jueves, 20 de junio de 2019

ESTATISMO Y SUBSIDIOS

Cuánto daño ha hecho el estatismo en el Perú y peor aún hay quienes pretenden volver a él.

Hace 38 años, mi profesor de Microeconomía Folke Kafka me enseñó con absoluta claridad y de manera irrebatible que en Economía "no hay lonche gratis".

Nada dura para siempre y más aún si vivimos en forma artificial. Lo comprobamos inicialmente con el Velascato y hasta 1990. Los subsidios crean consumidores fantasmas hasta que el déficit fiscal, la inflación y la crisis económica nos vuelve a la realidad.

Los subsidios distorsionan los precios relativos y se da el caso que la gasolina llega a costar menos que una Coca Cola.
Y ni qué decir de los intentos de "fomentar una industria nacional" sin tomar en cuenta las ventajas comparativas de un país. El Velascato creó muertos vivientes que duraron mientras hubo aranceles y otras  barreras comerciales. Llegamos a tener una "industria" automotriz que era una ensambladora de paquetes CKD o una "industria" que ensamblada artefactos eléctricos que sucumbió apenas abrieron el mercado.

Los gobiernos de entonces no supieron asignar recursos escasos y con ello miles de millones de dólares obtenidos gracias a una cuantiosa deuda externa se fueron al agua.

Tuvimos que pasar "las de Cain" para aprender que una Economía Libre era la única garantía para crecer y emprender el camino del desarrollo.

Lamentablemente el segundo gobierno del Presidente Belaúnde, al que hoy algunos festejan, no entendió ello y no hizo mucho para desmontar el estatismo del Gobierno Militar (1968-1980) y por supuesto menos el primer gobierno de Alan García (1985-1990).

Qué no nos vuelvan a vender humo con el cuento del Antaurismo "nacionalista", salvo que quiera volver a comer Vitarica, tomar Té Toro o Leche Enci o mascar Tumix.



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