Días atrás recordamos la infausta Reforma Agraria, que no fue sino una expropiación por la que muchos se fueron a la quiebra al no recibir ni siquiera una parte del justo precio al que tenían derecho como mínimo.
La llamada Reforma Agraria fue unos de los primeros pasos que llevó a cabo el Velascato (llamado también Septenato) para encaminar al Perú a ser un país comunista.
Cuántos "demócratas" de hoy fueron ideólogos asalariados de esa dictadura y en particular en el Sistema Nacional de Movilización Social, el entonces SINAMOS.
Otra de las medidas que fueron dictadas al año siguiente, 1970, fue la que determinaba que los trabajadores de una empresa tengan en la propiedad y dirección en la misma, idea se derivó el día de hoy en la mal llamada "participación en las utilidades".
La propiedad de una empresa es producto de una iniciativa privada que se traduce en la inversión de capital, sea en efectivo y/o bienes. El "premio" al éxito de esa empresa son las utilidades.
Los trabajadores por su esfuerzo y contribución a ese éxito logran una estabilidad relativa en su puesto de trabajo, ascensos, una remuneración y aumentos de la misma. Que tengan participación en las utilidades es un sinsentido. Lo que deberían tener es un bono anual a la productividad y eficiencia.
Un trabajador por más dedicado que sea no ha aportado un sol de capital. No ha arriesgado nada y si finalmente la empresa quiebra perdería su puesto de trabajo pero no asumiría ningún pasivo o compromiso con los bancos, proveedores u otros.
El Velascato también convirtió a los peruanos en socios de facto de decenas de empresas estatales de derecho público o de derecho privado. En todos los casos fuimos socios que terminamos perdiendo hasta la camisa en la gran crisis de los 80s.
El derecho a la propiedad por el hecho de ser trabajador fue morigerado por la Segunda Fase del Gobierno Militar (1975-1980), afortunadamente. Más, el estatismo duró hasta la Contra Reforma que inició Alberto Fujimori en 1990.
Sin embargo, aunque sea políticamente incorrecto, hay que replantear la idea de "reparto de utilidades".
Si alguien desea acceder a ellas, primero que emprenda y por tanto invierta y arriesge. Luego trabaje con ahínco y si lo hace eficientemente logrará ver el fruto de su esfuerzo.
Qué sectores con ideas estatistas no nos quieran vender proyectos que ya fracasaron en el pasado y lo único que dieron por "frutos" fue miseria.
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