lunes, 28 de diciembre de 2020

2020: UN AÑO FATAL

Estamos en la recta final de un año que ha traído muchas malas noticias que nos colocan en el partidor de un año que debería ser de festejos por el Bicentenario pero al contrario esperamos el 2021 llenos de dudas y temores.

Empezamos el 2020 con un golpista empoderado por un pueblo engañado e invelecido por una prensa basura que aplaudió  la ruptura del Orden Constitucional del 30/9.

El ahora vacado por incapacidad moral logró imponer un Congreso ilegítimo no solo por su origen sino por la votación que logró "el ganador" (6% del total de votos hábiles). Paradójicamente "su congreso" lo vacaria meses después con la votación de 105 de los 130 miembros (81%).

La incapacidad y corrupción imperante no permitió avanzar pese a la ausencia de un Congreso que según el gobierno le había impedido gobernar  debido a la "obstrucción" que en muchos casos fue el legítimo derecho congresal de fiscalizar.

Ya el 2020 se había iniciado con las noticias desde China.  Un virus desconocido y mortal había empezado a causar cientos de muertos y avanzaba sobre el Asia y Europa. Entre tanto, nada se hacía aquí para prevenir los efectos de esta amenaza pese a los ingentes recursos con los que se contaban. Por cierto no se reforzó el sistema sanitario (personal e infraestructura), no se compraron pruebas moleculares y se activaron a las FFAA y al sector privado para apoyar en la labor logística.

Cómo estaba previsto el virus llegó a América y por cierto al Perú a fines de febrero.  Malgastamos el tiempo y lo único que atinó el gobierno fue aislar severamente a la población  por casi 4 meses. La economía fue destruida y miles murieron por la incapacidad de un gobierno que seguía actuando para las encuestas, hechas por amigos, y con el soporte de la prensa adicta a la publicidad estatal.

El Congreso electo en enero no solo fue peor que el cerrado inconstitucionalmente sino que tras un primer intento fallido, vacó al incapaz Vizcarra tras graves denuncias de corrupción, co pruebas suficientes. Sin embargo los poderes fácticos provocaron una algarada que obligó  a renunciar al entonces Presidente Encargado, en su condición de Presidente del Congreso, Manuel Merino de Lama quien presentó su renuncia tras 6 días de haber asumido el mando constitucionalmente.

En su reemplazo y tras dos votaciones fue electo como Presidente del Congreso y por tanto Encargado de la Presidencia el congresista Frsncisco Sagasti.

Tras casi 6 semanas de mandato, el Peru se debate en caos debido a la mano blanda con la que se enfrenta diversas protestas (con bloqueos de carreteras) y tras el descabezamiento del  Alto Mando de la Policía Nacional y el accionar de un oscuro gabinete.

El Encargado Sagasti tenía un mandato claro. Recomponer la economía y no lo ha hecho tras ceder a los intentos de destruir el pujamte sector agroindustrial, el bloqueo del Corredor Minero del Sur por 15 días y la inacción de un casi inmóvil ministro de Economía. El segundo punto del mandato es combatir los efectos  de la pandemia pero mantiene a una incapaz ministra de Salud cuyo "mayor logro" ha sido no asegurar la provisión  de vacunas para el 2021.

Como ya se dijo el desorden y caos no puede ser afrontado. El orden y seguridad que debía asegurar es nulo.

Finalmente, el Presidente Encargado debía velar la realización de elecciones limpias y transparentes. Ya hay denuncias de manejo de información privilegiada que contrasta con las "encuestas" que se conocen públicamente, el intento de cerrar el paso al Fujimorismo y el intento fallido de participación de Sagasti como parte de la fórmula presidencial morada, lo que era evidentemente ilegítimo e ilegal. 

Es este el panorama del Peru ante la inminente llegada del 2021.

El 2016 nos hablaban de "un gobierno de lujo" pero ello solo fue una mentira más.  Nadie purga aún cárcel sentenciado por la corrupción  del caso Lava Jato y Club de la Construcción  y como cereza del pastel el vacado incapaz moral Vizcarra pretende ser electo congresista para protegerse con la "inmunidad " que promete eliminar.

Las llamadas "reformas políticas judicial" solo han dado como resultados "humo" y hoy sectores antiPatria pretenden "reformar" (léase destruir) las Fuerzas Armadas.

Solo falta que "llueva hacia arriba o veamos cerdos volar".


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