sábado, 26 de diciembre de 2020

NUESTRA MESA

La inversión privada, el emprendimiento de muchas personas y  a lo que se sumó el trabajo de miles de peruanos han permitido que el Perú  sea una potencia mundial agroexportadora y por cierto ha posibilitado que decenas de nuevos productos lleguen a nuestras mesas.

Sin embargo,  reclamos por determinadas injusticias producto de la informalidad y de un Estado incapaz de promover la formalidad de decenas de empresas y el cumplimiento de las normas laborales han originado protestas que lamentablemente han derivado en una algarada violentista que no busca justicia social sino destruir todo lo avanzado.

¿Alguien tiene duda que sea asi? Vea lo que han mostrado vídeos que circulan en redes sociales ya que la destrucción provocada no es mostrada por una prensa adicta a la publicidad estatal, bien llamada mermelada.

Mencionamos a decenas de productos que hoy consume el promedio de peruanos.  Nuevas variedades de paltas y uvas,  arándanos, espárragos frescos, diversos tipos de pimientos y tantos otros podrian dejar de estar al alcance de nuestras mesas. Y no solo productos frescos sino también procesados como los de la empresa Damper así como los huevos de La Calera, una renovada industria del Ron y una inmensa variedad de Piscos y Vinos podrían desaparecer.

Y solo nos referimos a la costa. ¿Qué decir de las empresas de la selva y de la sierra?  El café de varias regiones, las papas nativas y la maravillosa quinua, entre otros, ¿desaparecerán de nuestras mesas?

Hoy la agenda comunista busca realizar "una nueva reforma agraria" al estilo del Velascato , que expropió y hasta hoy los legítimos  propietarios no reciben el pago de su justiprecio.

Frente a ello no es como dice el comunicador Butters. El tema no es cerrar las empresas, abandonar el campo y se acabó.  Hay millones invertidos, años de sacrificios y vidas arraigadas en el campo.  

No podemos dejar que un grupete de malditos quieran destruir el esfuerzo de generaciones ni que miles de empleos formales se pierdan y menos que en nuestras mesas desaparezcan tantos productos.

Si este gobierno incapaz y blandengue no puede hacer algo, que se vaya y peor aún si no quiere. Basta del proyecto comunista-caviar con complicidad de tontos útiles como una CONFIEP temerosa o de mercantilistas.

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