La campaña electoral del 2016 estuvo signada por una intensa ofensiva contra la candidatura de Keiko Fujimori. Ello fue avalado no solo por la prensa sino desde el aparato estatal cuyo presidente era consciente de que necesitaba que su sucesor fuera "su chaleco" en prevención de lo que iba a venir (y vino) tras el descubrimiento de la corrupción encabezada por las constructoras brasileñas y sus cómplices del "Club de la Construcción".
¿Los resultados estrechos que finalmente se dieron fueron producto solo de las urnas o de una serie de pequeñas y aparentemente poco conocidas movidas que evitaron que miles de militantes y policías no votaran o que en ciertas zonas que eran bolsones electorales fujimoristas muchos no pudieran votar por traslados de centros de votación a última hora?
Lo cierto que sucedieron una serie de acciones que impidieron finalmente un acuerdo de gobernabilidad entre los dos finalistas. No solo pesaron los insultos en la campaña y las arteras maniobras sino que el electo presidente PPK prefirió un acuerdo con quienes no obtuvieron los votos en las urnas, los mismos que cogobiernan desde el paniaguato.
Las reuniones (previas a la asunción de mando) que sostuvo PPK con el entonces presidente Humala nunca se aclararon tanto en sus objetivos ni en sus alcances. Poco tiempo después se vieron los frutos de esas reuniones. PPK nombraría diversos funcionarios que provenían del cogollo ollantanadinista.
Lo que vino después fue un largo toma y daca entre el Ejecutivo y la mayoría congresal fujimorista. Algunos llamaron a aquello como "obstrucción "; el fujimorismo sostuvo que cumplían con su rol fiscalizador. Un primer caso potente fue el caso Chinchero y luego la investigación del caso Lava Jato a través de una comisión ad hoc presidida por la entonces congresista Rosa Bartra.
Lo cierto es que el Presidente PPK renunció tras un primer intento de vacancia debido a graves acusaciones de corrupción. El punto final fue la evidencia de oscuras negociaciones entre el congresista Kenji Fujimori y sus seguidores bautizados por él como "avengers". Algunos sostienen que habían evidencias que precipitaron la renuncia de PPK; otros sostienen que ella fue producto de una conspiración entre el vicepresidente Vizcarra, sus "representantes" y parte del cogollo de Fuerza Popular.
Finalmente tras la renuncia de PPK , asumió como Accesitario el vicepresidente Vizcarra quien al poco tiempo empezaría un plan que cumplió su objetivo el 30/9 , vale decir entronizarse en Palacio de Gobierno. Sin embargo su "éxito" tuvo fecha de caducidad. Lo demás es historia.
Lo cierto que hoy algunos siguen reclamando por un fallido acuerdo que según ellos pudo cristalizar un acuerdo de gobernabilidad o según mi entender se pretendía regresar al pasado para evitar en su momento que la corrupción rebalsara de las cloacas del poder.
Hoy los mismos que sostienen al actual Accesitario, en su momento evitaron que el Accesitario del vacado Vizcarra se asentara en Palacio de Gobierno y tras 5 días de algaradas violentistas provocaron su renuncia.
El Perú vive horas aciagas y quienes nunca han ganado una elección gobiernan ilegítimamente. Una minoría roja cogobierna hoy día en el Perú y pretenden instaurar una agenda antiPatria.
En ese contexto vamos a una elección en abril del 2021. Será una elección trascendental como muchas en nuestra historia.
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