Hoy se conmemora el logro de un grupo de personas que lucharon para instaurar jornadas laborales de 8 horas en vez de aquellas en que se trabajaba 12 o más horas. Estamos hablando de labores en áreas de producción sea de bienes y servicios en las que cualquier trabajo extra tiene como correrato un aumento en la producción (y evaluable en términos de productividad).
Hace 33 años hice un entrenamiento en el Dresdner Bank de Alemania. En aquella época uno de los más temidos por los trabajadores era el especialista en Racionalización quien era el que evaluaba la eficiencia en el trabajo, recomendaba nuevos procedimientos, establecía nuevas metas y finalmente decidía si el puesto de trabajo o el número de trabajadores era el necesario para lograr los objetivos fijados y si éstos contribuían a incrementar el valor de las acciones del banco.
Todo esto viene al caso con el reciente "regalo" (bono por trabajar más y dizque por ser eficientes) o sea la friolera de 9900 soles a cada "esforzado" trabajador del Congreso que en las últimas semanas ha tenido que cumplir "exigentes" jornadas laborales.
Al respecto, ¿sabrán respondernos esos defensores de "los 9900" cuánto tiempo se pierde en los Plenos y Comisiones "gracias" a un Reglamento de la época cuando "se amarraban los perros con salchichas"? ¿qué porcentaje del trabajo "extra" reclamado es ocasionado por la ineficiencia de los trabajadores y de los procedimientos?
El pago de 35 millones de soles es un despropósito que no solo debe anularse sino parte de ellos sirva para financiar un estudio de racionalización que permita determinar cuántos trabajadores son necesarios (y cuántos deben irse), optimizar procedimientos y qué objetivos y metas deberán cumplirse en términos de eficiencia y AUSTERIDAD.
Leía a una buena amiga justificar este bono diciendo que es "una retribución" al trabajo extra y que ya se estaba "ahorrando" porque ya no se pagaba a los trabajadores por el estacionamiento de sus autos. Trabajé en el Congreso en el periodo 2000-2001 y empezaba a trabajar a las 6.30 am hasta pasadas las 9 pm (y más cuando había plenos). Me autoimpuse ese horario pues siendo asesor de un congresista (el doctor Pablo Macera) tenía que estaŕ "en todas"; recuerden que en aquel tiempo no había smartphones y redes sociales. Es más, el trabajo en el Congreso tiene una exigencia de "24/7" por lo que no solo demanda eficiencia sino entrega. Como contraprestación se gana un buen sueldo y la satisfacción del deber cumplido. Se olvida muy fácil que quien elige trabajar en el Congreso lo hace para ser SERVIDOR PUBLICO. Si no lo entiende, ¡que se vaya a una empresa privada! Vamos a ver si la exigencia no es mayor a la que hoy están "sometidos".
En un momento que la ciudadanía ve con pésimos ojos al Primer Poder del Estado, resulta un despropósito ese contubernio (¿cómo llamarlo sino?) entre el Ejecutivo y el Legislativo para aumentar en forma express el presupuesto del Congreso y el 75% sea para "engordar" las billeteras de un grupo de privilegiados, de los cuales una buena parte de ellos debería irse a sus casas. ¿En qué parte del mundo un presupuesto extra va en ese porcentaje a gastos corrientes?
Y a propósito, ¿qué otras gollerías se sigue financiando con dinero de todos los peruanos? ¿Seguros privados, buffets, renovaciones innecesarias de bienes, equipos y en instalaciones, viajes, comisiones inservibles, etc etc etc?
Finalmente, ¿se pagará el bono a los trabajadores de los "mochasueldos" y cuándo se expectorará a éstos y a los trabajadores, cómplices de un delito?
Si podría haber un bono, debería darse no "por trabajar bien" -ello es una obligación- sino por el logro de objetivos y metas más allá de lo previsto. Eso es meritocracia. Dar a todos es "premiar" al buen trabajador y al mediocre.
En las empresas privadas a los altos funcionarios se les paga (mucho más) no "por trabajar más" (horas extras) sino por contribuir al éxito. De la misma manera, en las oficinas congresales los asesores deberían recibir el mismo trato. No a "las 8 horas-nalga".
Feliz Día del Trabajo a aquellos que "la sudan", trabajan con eficiencia y honestidad y entienden que están en el Congreso para SERVIR.
Hago extensivo el saludo a todos los que cada mañana salen a vender desayunos, al pescador y agricultor que madrugan, al minero y al chofer de transporte público, al personal de salud, a los policías y militares, a los trabajadores de limpieza pública, a los comerciantes y oficinistas. En general a TODOS los que hacen que el Perú "se mueva" sin recibir bonos de 9900 soles.
Congresista José Williams, Presidente del Congreso, anule ese acuerdo de Mesa Directiva. Congresistas Moyano, Monteza y Muñante, hagan suyo este reclamo ciudadano. No den más gasolina a la antipatria.
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