lunes, 15 de mayo de 2023

FORMALIZAR EL TRANSPORTE

 


Uno de los grandes males de nuestra sociedad es la informalidad, la que se expresa a través de muchas situaciones, entre ellas el transporte urbano de pasajeros. En este caso me referiré al de Lima y el Callao, considerando como una sola unidad a ambas regiones; que es el "caos institucionalizado".

Hoy está en cuestión, como parte de esta problemática, la existencia de los "taxis colectivos" que invaden los llamados corredores exclusivos, que de ello tienen muy poco. Las concesionarias de las rutas Azul (Rimac-Surco), Morada (SJL-Magdalena) y la Roja (Universitaria con tres variantes, 2 con destino a Ate y 1 con destino a La Molina) tienen serios problemas de orden financiero por la presencia de los "taxis colectivos" que no solo congestionan las rutas sino quitan pasajeros a los buses de las empresas concesionarias originando menores ingresos y una menor capacidad para reinvertir en más unidades. De pronto ello se ha convertido en "la cuestión huevo-gallina". No hay más unidades para atender la demanda porque una buena parte de ésta es absorvida por los taxis colectivos.

Por ejemplo el Corredor Morado afronta esta competencia desleal en SJL pero sus buses recorren desde la Plaza Bolognesi hasta su paradero final en Magdalena casi vacíos (casi 4 kms).

Otro cantar sería si en Lima el transporte funcionara racionalmente, por ejemplo no se sobrepusieran diversas líneas o si el transporte fuera integrado; vale decir que pagando un solo pasaje nos trasladáramos de Surco al Callao con transbordos.

Soñar no cuesta nada pero valga decirlo, esto funciona hace más de treinta años en muchos países europeos; por citar un caso, Alemania. El metro, los buses, los tranvías (en las ciudades donde los hay) y los trenes regionales funcionan como un todo, con paraderos, con sistema de cobro y tarifas uniformes. 

Aquí en Lima recién estamos en construcción de la segunda línea del Metro y no se sabe cuándo estará operativa al 100% y menos para cuándo se piensa iniciar los estudios de factibilidad de las líneas 3, 4 y 5.

El único que funciona (y bien aunque más caro) es el Metropolitano aunque aún no se termina de poner a punto la extensión en Lima Norte y ni idea aún cuándo se conectará en el sur con la línea 1 del Metro.

Esperemos que nuestras autoridades recobren la cordura y por fin se pongan del lado de la ley y la racionalidad. Ojalá que intereses mezquinos no se impongan y por fin los usuarios del transporte público nos beneficiemos de un servicio eficiente.

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