El avance de la Ciencia y su aplicación en la Tecnología nos pone hoy en día en la disyuntiva de plantearnos si el ser humano será reemplazado por una máquina en algún momento. De hecho ya hay robots en determinadas cadenas productivas.
Hoy se habla de Inteligencia Artificial y el fin de ciertas profesiones; ello me hace recordar algo que me dijo un amigo respecto de nuestra formación universitaria. "Más que un cúmulo de conocimientos, a nosotros nos han formado para razonar y en base a ello a tomar decisiones éticas" Muy cierto ello. Quizás una súper computadora podrá llegar a la conclusión que tal o cual camino es lo óptimo pero en el camino habrá un alto costo social que no podría ser considerado por alguien formado en valores, mas sí por una máquina sin emociones ni principios.
Los avances tecnológicos han contribuido a hacer las cosas en forma más eficiente pero ¿para qué? El fin de ello debería ser el bienestar de la Sociedad y no el beneficio de unos pocos. A lo largo, ya no de un siglo sino en los últimos 30 años ha habido grandes cambios. Hay profesiones y trabajo que son producto de ellos.
Sin embargo se me viene en mente un caso que en vez de lograr mejores estándares de calidad en la atención al cliente se da lo contrario. Me refiero al sector de telecomunicaciones que a diario nos agrede con sus ineficiencias a la hora de procesar un reclamo. Decenas de minutos y cero soluciones. Antes cuando los reclamos eran presenciales había mejor atención y esperanza de ser atendido. ¿De qué sirvieron las mejoras tecnológicas?
Creo que la ciencia y la tecnología están al servicio del hombre y cualquier adelanto debe servir para lograr un mundo mejor, más justo y solidario.
Finalmente antes que competir con las máquinas el ser humano debe promover el desarrollo de aquellas cualidades que lo distinguen como alguien creativo, como bien señala Mariana Costa en su columna del pasado lunes en El Comercio (sin adherirme al "todas y todos", por cierto).
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