martes, 9 de mayo de 2023

VOCACION

 


Desde niño siempre escuché la palabra "vocación", relacionada con esa impronta que hace que decidamos seguir determinado camino profesional en nuestras vidas.

La vocación tiene que ver con alguna admiración a determinado personaje histórico o de nuestro entorno así como a un factor -muchas veces inexplicable-, lo que los creyentes decimos "designios de Dios".

Hay dos caminos que, a mi entender, se distinguen entre tantos caminos válidos y respetables. Ambos responden a un servicio desinteresado que implica una entrega total y que están signados de por vida.

Uno de ellos es el sacerdocio (nadie deja de ser sacerdote pues la Unción es Divina y Eterna aún cuando se "cuelguen los hábitos". El otro es la carrera militar o policial. No hay "ex militares o ex policías), militares o policías "en situación de retiro".

Ambos, el sacerdote y el militar o policía sirven a la sociedad desde Dios o por amor a lo más excelso, la Patria.

Habrán quienes me retruquen sacando algunos "malos ejemplos" pero las excepciones confirman la regla. El servicio sin condicionmientos requieren una entrega que pocos están  dispuestos a dar. Muy pocos son los llamados y pocos los escogidos y quienes lo son incluso ofrendan hasta su vida.

A ambos casos citados agregaré el del maestro y el del médico. Uno forma vidas y otro las salva o cura. 

Para mí siempre hubo ejemplos en cada caso. El Padre Vicente Santilli, sacerdote salesiano; el Mayor EP (r) Luis Torres Carreón, un ejemplar padre de familia a quien consideré siempre un padre junto con mi difunto padre y mi hermano Juan; a mi primo, el Superior PNP (r) Oscar Sunohara; mi profesor de Primero de Primaria Donato Díaz y mi amiga Sonia, formadora de universitarios y de jóvenes con habilidades diferentes y mi tío Justo Romero, mi médico que me veía de niño.

Por supuestos hay muchos casos que he conocido a lo largo de mi vida que confirman lo dicho. No cito más nombres para evitar olvidos involuntarios pero no quiero dejar de recordar a mi Hermano Salesiano Mayor EP (r) Jorge Julio Romero Castro -muerto cumpliendo con su deber en el Huallaga en 1992- , en él vi como los militares aman a nuestra Patria y cumplen el juramento de defenderla aún con su vida.

Lamentablemte las vocaciones hoy son escasas tanto para abrazar el Camino de Dios, de la Patria y del Magisterio. Es hora que -como antes- los mejores jóvenes sigan cualquier de esos caminos. La existencia de la Humanidad exige que así sea.



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