Ayer domingo en el suplemento CONTRAPODER del diario Expreso se publicaron una columna de Luciano Revoredo y una entrevista a Fernando Rospigliosi en las que se dice con claridad qué podemos esperar de la transición llevada a cabo por la inquilina de Palacio de Gobierno Dina Boluarte, quien encabeza un gobierno débil y con un futuro incierto.
Lo que vemos no es para esperanzarse como pretenden los que Revoredo llama "cojudinos". El Perú sigue sentado en un barril de pólvora y gracias a sus Fuerzas Armadas aun somos un país libre pese a que hay gente como la historiadora Carmen Mc Evoy que llama a su intervención como "represión militar" y al terrorismo senderista lo califica como "guerra civil milenaria liderada por Guzmán". ¿Fue el asesino Gizmàn un líder? Por cierto que no. Fue el cabecilla de una organización terrorista. Esta percepción complaciente trae consigo que gente como esta señora señale a la algarada violentista como "protestas sociales" y se conduela por la muerte de saqueadores, bloqueadores de carreteras o destructores de propiedad pública y privada.
Han pasado 19 días de la asunción de mando de Dina Boluarte y el Estado sigue infestado de cómplices del gobierno corrupto de Castillo (tal como lo señala un contundente informe del diario El Comercio), ningún cabecilla de la asonada terrorista ha sido detenido y los financistas (narcotráfico, minería y tala ilegales, entre otras) de ésta aún siguen operando impúnemente; por lo que no estaría equivocado pensar que en cualquier momento podría reavivarse el fuego subversivo.
No esperemos cruzados de brazos ante un escenario aún más peligroso por la labor subversiva de elementos cubanos y bolivianos en el sur Andino. Hay todo un proyecto secesionista en la zona sur del Perú que hay que enfrentar ahora mismo.
No caigamos en la estupidez del "análisis complaciente" de izquierdistas de cafetín que viven de jugosos sueldos. Pretender creer que las opiniones de estos tontos útiles o cómplices son asépticas es de ingenuos. No es posible que se plantee como posibilidad que el ladrón Castillo se haya sentido hostigado psicológicamente y menos aún se vea al corrupto Lula como un referente, habida cuenta que fue el cabecilla de el transnacional eje de la corrupción (Lava Jato), brazo financiero del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla.
Atentos a los dichos de periodistas como Michael Reid (El Comercio, 25 de diciembre del presente) quien sostiene que "hay que investigar por qué los soldados decidieron abrir fuego". ¿Nó vio Reid lo hecho por los subversivos que pusieron en jaque al Perú por unos días? Decir que "no es normal lo sucedido en el Perú en las últimas dos semanas", refleja la candidez de gente que mira al Perú y que escribe pensando "en los huevos del gallo".
Cuidado señores. Mientras existan oenegeros derechohumanoides que viven de defender a los enemigos del Perú e intelectuales que terminan siendo tontos útiles de ellos nuestro país corre peligro.
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