¿SIETE?

 

Dentro de diecinueve meses, el 28 de julio del 2024 estaría juramentado el séptimo presidente en 13 años, si es que antes la crisis que vivimos hace renunciar a la actual inquilina de Palacio de Gobierno y este número crece.

Nada está claro cuánto durará su mandato y menos si llegaremos a ese momento y bajo qué normas. Al respecto muchos "analistas" buscan explicaciones y responsables de esta crisis que dura este tiempo. Por cierto son incapaces de mirarse en el espejo de la verdad y verse en éste.

Acaso no nos acordamos que fueron impulsores del corrupto PPK, instigadores del genocida Vizcarra, golpistas de Merino de Lama, quienes promovieron al fantasmal Sagasti, cómplices del ladrón y golpista Castillo y hoy callan en mil idiomas cuando la actual inquilina de Palacio insiste en la anticonstitucional Asamblea Constiyuyente.

Estos no solo impulsaron a estos desgraciados personajes sino promovieron una campaña que destruyó a gente capaz y correcta como Rosa María Bartra y Mauricio Mulder e impulsaron una infeliz "reforma política".

En diversos medios y circunstancias lograron destruir lo poco  de Institucionalidad que había y no dudaron en aplaudir los dos golpes (el cierre del Congreso en el 2019 y meses después arrastraron a Merino de Lama a renunciar).

Esos mismos cómplices se subieron al carro comunista que buscaba imponer un gobierno castrochavista y no dudaron de ser cómplices silentes de los robos que Castillo y su organización criminal perpetró por casi 17 meses. Incluso no dudaron de decir que "los empresarios estaban ya convencidos que Castillo duraba hasta el 2026".

Esta gente incentivó el antifujimorismo, pretexto para apoyar cualquier proyecto que les aseguraba su permanencia en el entorno de poder y por cierto seguir viviendo del erario público vía sus oeneges o de sus "servicios profesionales" que lo único que evacúan son inútiles e inservibles consultorías y asesorías.

Que no nos vengan entonces a dar recetas esa manga de caviares que empieza a ver perder poder y no duda en echar mano a cualquier triquiñuela para seguir viviendo a costa de los peruanos.